Tu COEFICIENTE INTELECTUAL es CERO. Te lo demuestro

¿Por qué el coeficiente intelectual no existe?

Seguro que has escuchado muchas veces esto del coeficiente intelectual, la inteligencia, el tema de los superdotados, de las altas capacidades, etc. Pues este término no existe, porque no es correcto. Cuando hablamos de la variable que mide la capacidad cognitiva de las personas, nos referimos al COCIENTE INTELECTUAL. Al cociente, eso es, ¿por qué? 

Porque se trata de una división y el resultado es la capacidad intelectual. Es cierto que la manera actual de calcular este dato ha cambiado y va mejorando y evolucionando a lo largo del tiempo. Sin embargo, el término, proviene de la división entre la edad mental, calculada a través de un test y la edad cronológica. Ese número, ese resultado, ese cociente, se multiplica por 100, para obtener un porcentaje. 

Es cierto que actualmente este dato se tiene en cuenta en relación a la población y su rendimiento promedio en referencia a la edad. Por eso hablamos de percentiles y de medias. 

Resultados del COCIENTE INTELECTUAL (CI)

La media del CI es de 100, es decir, la mayoría de la población suele encontrarse en este valor para su cociente intelectual. Con un CI de 130 o superior estaríamos hablando de una persona con altas capacidades, y con un CI inferior a 70 hablaríamos de una discapacidad intelectual. 

Es cierto que las pruebas de CI están mediatizadas por el lenguaje, es decir, que cuando esta capacidad se mide, hay una buena parte que pasa por el lenguaje y por lo tanto si tenemos dificultades aquí, esto penalizará mi rendimiento en este tipo de pruebas.

Consecuencias de los resultados

Además, ¿qué consecuencias tienen este tipo de evaluaciones? Tanto si es un CI superior al del resto de la población como si es inferior, esto tiene efectos sobre nosotros. 

• La capacidad intelectual no mide el resto de tus capacidades. Es decir, quizá tenga un CI superior al del resto de la población, pero también tener dificultades sociales, con la gestión de mis emociones, de comunicación, problemas con mi familia, ….
• El CI no indica lo capaz que soy de realizar ciertas actividades ni de llevar a cabo los retos que me proponga. Con un intervención adecuada, una red de apoyo segura, así como con figuras institucionales, profesores, orientadores, etc., que me ayuden puedo ir consiguiendo los objetivos que me vaya proponiendo. 
• Estos resultados pueden generar expectativas erróneas sobre las personas a la que se evalúa, de profesores, padres o familiares. Pudiendo depositarse unas exigencias sobre ellos que quizá no estén ajustadas a la realidad. 

Cuando se realice una evaluación de este tipo, es importante, que un profesional, un psicólogo, un neurólogo, etc., nos explique exactamente que implicaciones reales tienen estos resultados y en qué se traduce en la vida real.

Para hacer una evaluación completa, además de pasar pruebas, también se necesitan hacer entrevistas para entender el contexto donde se relaciona la persona en cuestión. Por eso rodearnos y apoyarnos en buenos profesionales que nos trasmitan confianza, es tan importante. 

Por lo tanto, el CI no te define, es un número que no marca lo que puedes llegar a hacer o conseguir. 

“No hay que dedicarse a buscar los niños con talento, sino el talento que tiene cada uno de los niños y jóvenes bajo nuestra orientación”.

Gardner

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